La empresa japonesa Kamoi es la primera que comenzó su fabricación. En un inicio sólo se dedicaba a la producción industrial de cintas de adhesivas de papel para empresas de construcción y bricolaje, conocida como cinta de carrocero, pero en 2006 la empresa recibió un correo de un grupo de clientes que usaba sus cintas pero las personalizaban y decoraban. Tras varios envíos de sus creaciones y visitas, la empresa vio las posibilidades de ese nuevo uso que proponían sus clientes y apostó por ello creando en 2008 una nueva compañía “Masking Tape Kamoi Kakoshi Co. Ltd.” (MT) comenzando la producción de cintas adhesivas coloridas y estampadas que hoy conocemos como washi tape.